En la era actual, creemos que ser optimista es algo bueno, pero como cristianos, necesitamos saber cuál es la diferencia entre el optimismo y la fe. El optimismo es una creencia de la mente, mientras que la fe es una creencia del corazón. Si bien podemos pensar que lo peor no puede o no sucederá, no cambia el hecho de lo que realmente sucederá. Lo único que podemos hacer cuando llega lo peor es vivir con fe. Cuando tratamos de razonar las cosas por nada más que la lógica, no nos da espacio para tener fe en Dios. Así que cuando se trata de medir un resultado, tenemos que medirlo a través de la perspectiva de fe de Dios, y no de nuestra perspectiva de optimismo.